martes, 13 de enero de 2009

Los delgados dedos recorrían las diferentes texturas dentro de su bolsillo. Uno de los objetos que su yemas sentían era distinto: triangular, con lija para asegurarse a la piel y evitar que se resbalase pero los otros tres eran idénticos; bueno casi, excepto por uno que era ligeramente más liviano y no tenía los bordes lisos como los otros dos; pero sus manos sudaban a tal grado que era casi imperceptible y era su peso lo que lo delataba. Procuraba que las vueltas que le daba a los objetos circulares fueran al ritmo de sus pasos, y si fallaba, repetía el proceso dándole la vuelta hacía el otro lado.
Exploraba con la lengua su cavidad bucal, en busca de residuos para después escupirlos al asfalto, y con esto además se cercioraba de que todas sus piezas dentales estuvieran firmemente colocadas en su sitio; los fierros que estaban adheridos a sus dientes dificultaban la tarea... falso: en realidad la hacían más entretenida. Sacó su mano de su bolsillo y sintió el frío viento pasar por entre sus dedos mientras se la llevaba a la boca, ubicó la pieza desatornilló un poco y retiró el poste de titanio del hueco en su lengua, ya que le estorbaba para continuar el examen. Lo guardó en su cartera.
Mientras caminaba a su destino, iba contando las rayas marcadas en la acera: primero de dos en dos; luego, de tres en tres. Cuando llegó al 40 dejó de contar porque sabía que pronto perdería la cuenta y cambió las reglas de su propio juego, ahora sin pisar los bordes. Lo logró durante 12 pasos, porque los cuadros (o más bien rectángulos, porque había notado hacía mucho que no eran perfectamente simétricos) se iban haciendo más pequeños; pero ya sabía que eso pasaría, había caminado cientos de veces por esa calle y no era nada nuevo para él.
Llegó hasta el puesto metálico más rápido que otras veces, pero no vio las cajitas con el camello. Le tembló la voz, le pasaba siempre que hablaba después de un largo rato de mantener los dientes apretados. El vendedor sacó varias cajitas con el camello y le tendió una. Ya en sus manos, el procedimiento era inercia pura y a los pocos segundos sus pulmones estaban repletos de humo. Devolvió la cajita con el camello al tendero junto con los dos objetos idénticos y el similar que traía en su bolsillo y con un ademán se volvió sobre sus pasos.

La búsqueda de ratros de comida terminó así como el juego dentro de su bolsillo, pero sus pies seguían inquietos...

3 comentarios:

  1. "...Uno de los objetos que su yemas sentían era distinto: triangular, con lija para asegurarse a la piel y evitar que se resbalase pero los otros tres eran idénticos..."

    supogo que en este punto hablas de la plumilla para tocar, ese es el unico objeto que puedo recordar con esa descripcion, bueno me despido cuidate y espero sigas ecribiendo.

    P.D. Que importa quien soy, si supongo tu ya tienes una idea de mi persona, solo me gusta lo que escribes, simpre me ha gustado y cuando puedo lo leeo :).

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  2. ola , soy balamortal y thewertband1 ambos de youtube

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  3. k onda amigo soy xnayerxtreme de youtube muy buenos tus covers sigue asi

    muy bueno tu blog

    tengo una pregunta cuanto te has gastado en lo k te grabas y tu guitarra y los pedales y eso?

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